Un estudio revela que los árboles están
muriendo el doble de rápido debido al cambio climático, poniendo en
riesgo una pieza indispensable del funcionamiento del ecosistema.
Un ejemplo que se da es en los bosques tropicales de Australia que están muriendo
mucho más rápido desde la década de 1980, debido a los efectos del cambio
climático. De hecho, su tasa de mortalidad se ha duplicado en los últimos 35
años, el deterioro de dichos bosques reduce la biomasa y el almacenamiento
de carbono, lo que dificulta cada vez más mantener las temperaturas
máximas globales muy por debajo del objetivo que es de 2 grados centígrados.
Esto es consecuencia de las malas
decisiones, el mal cuido y muchas veces la poca importancia que le damos al
ecosistema, por lo que debemos de buscar las medidas necesarias para poder
minimizar estos fenómenos.
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